º
Un estudio reciente confirma que apagar luces y electrodomésticos al salir de una habitación puede reducir hasta un 10% del consumo eléctrico mensual en los hogares. Aunque parezca un gesto mínimo, la suma de estos hábitos cotidianos marca una gran diferencia a largo plazo.
La planificación de comidas también se ha consolidado como una práctica sostenible, ya que evita el desperdicio de alimentos y reduce la energía utilizada en la preparación diaria. Con solo dedicar unos minutos la noche anterior, las familias logran ahorrar recursos y mejorar su organización.
Especialistas en sostenibilidad coinciden: los microhábitos sostenibles son la forma más fácil de empezar a cuidar el planeta sin necesidad de grandes sacrificios.