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En los últimos años, la compra de productos de segunda mano y de marcas éticas se ha convertido en una de las tendencias de consumo más destacadas. Este cambio no solo contribuye a reducir la producción masiva y el impacto ambiental, sino que también fomenta una economía más justa y accesible.
Tiendas físicas y plataformas online muestran un aumento del interés por artículos reacondicionados, ropa vintage y tecnología reparada, mientras que los consumidores buscan certificaciones sostenibles que garanticen prácticas responsables.
Expertos en sostenibilidad aseguran que cada compra consciente es un paso hacia un futuro más verde, donde el valor no se mide solo en precio, sino en impacto social y ambiental.